El fracaso tiene mil excusas, el éxito no requiere explicación. Cada vez que no logramos algo siempre tenemos una magnífica disculpa y, por supuesto, jugamos el papel de víctima.
El triunfador es siempre una parte de la respuesta; el perdedor es siempre una parte del problema.
El triunfador dice: "podemos hacerlo"; el perdedor dice: "ése no es mi problema"
El triunfador siempre tiene un programa; el perdedor siempre tiene una excusa.
El triunfador ve siempre una respuesta para cualquier problema; el perdedor ve siempre un problema en toda respuesta.
El triunfador ve una oportunidad cerca de cada obstáculo; el perdedor ve dos o tres obstáculos cerca de cada oportunidad.
El triunfador dice: "quizás es difícil, pero es posible"; el perdedor dice: "puede ser posible, pero es demasiado difícil".
Nadie contrata a alguien para que le cree problemas, sino para que encuentre soluciones. A través de las soluciones, los seres humanos nos hacemos indispensables en una empresa, en una familia y en una nación.
Ser bueno a pesar de tu jefe, empresa, momento económico nacional, tu falta de recursos, ..., es el sello de los triunfadores, los que no esperan que las cosas mejoren para salir adelante, sino que con lo poco que tienen logran realizar sus sueños.
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