Esta visualización sirve para combatir los síntomas de gripe.
Antes de leerla es aconsejable hacer un ejercicio de relajación.
No te sientes bien. Te duele todo el cuerpo y esta sensación te asusta y te hace infeliz. No te gusta estar enfermo y echas de menos el poder jugar. Pero si lo intentas, podrás sentirte mejor y más fuerte. Relaja el cuerpo, cierra los ojos y respira de manera profunda y lenta.
Imagina una bella bolsita de color violeta cerrada con una cinta dorada. Abre la bolsita mágica y verás que está llena de semillas resplandecientes. Todas son de distintas formas y tamaños. Imagina ahora que el interior de tu cuerpo está lleno de una tierra esponjosa y marrón. Es perfecta para plantar algo en ella, así que ponte manos a la obra y empieza a sembrar tus semillas. Cógelas a puñados y espárcelas por tu tierra, porque la llenarán de vida y empezarás a sentirte mejor.
Las semillas se hunden en tu cálido y suave jardín interior y empiezan a crecer casi de inmediato. Secretamente estás deseando que sean semillas de flores. Ahora empiezan a echar raíces y te hacen cosquillas por dentro. Las semillas empiezan a brotar empujando la tierra, y eso te hace cosquillas por dentro y te pones a sonreír.
Tu corazón es el sol que les da calor, luz y amor. Eso es todo lo que una planta o un niño necesita ¡para crecer y hacerse grande y fuerte!
Ves el verdor de sus tallos hojas, pero aún no sabes en qué planta se convertirán. Concéntrate y observa cómo las plantas crecen y se convierten en lo que habías deseado: ¡en plantas que dan flores! Ahora ves cientos de bellas y resplandecientes flores llenando todo tu cuerpo. Están saliendo margaritas, rosas, claveles y tulipanes por todas partes llenándote de color.
Si lo intentas de veras, incluso puedes olerlas. Sus fragancias y colores son poderosos y curativos. Usa este poder para sentirte mejor. Ahora el miedo y los sentimientos desagradables que tenías se van y ¡te sientes contento y saludable! Tu jardín especial es sólo tuyo y de nadie más. Es magnífico, curativo y maravilloso, y tienes muchas suerte de poseerlo.
Ellen Curran
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