jueves, 17 de mayo de 2012

ENEMIGOS DE TU FELICIDAD. 1ª Parte

     Podemos definir la felicidad como la experiencia personal de sentirnos a gusto con nosotros mismos y con el mundo que nos rodea. No es algo con lo que se nace, que se tiene o no, sino algo que se puede ir construyendo.

Pesimismo: los pesimistas son los que esperan siempre que les sucedan acontecimientos negativos y parece que les ocurre todo lo malo (lo crees, lo creas). Pero las cosas no son blancas o negras, sino que existen multitud de matices que dan un significado diferente a lo que nos sucede.
     Uno de los ejemplos más claros de que el pesimismo no está asociado necesariamente a los acontecimientos negativos, lo encontramos en aquellas personas que aun sufriendo una grave enfermedad, son capaces de mantener una actitud esperanzada ante la vida.
     En el lado contrario al pesimismo está el optimismo, o la habilidad para esperar de la vida cosas positivas.

     Vivir en positivo significa:

- Dejar de ver las cosas como buenas o malas. Trata de descubrir los matices.
- No pierdas tu precioso tiempo tratando de adelantarte a los acontecimientos.
- Acepta los aspectos negativos de las situaciones que vives. Haz un esfuerzo por descubrir los aspectos positivos que esta situación puede traer a tu vida cotidiana.
- Cuando hables con otra persona no caigas en el error de relatar, una tras otra, todas las calamidades que te han sucedido en los últimos tiempos. Habla de las cosas buenas que te suceden, de las alegrías. Piensa en positivo. Recuerda: pensamiento-sentimiento-acción.


Ansiedad: en la vida cotidiana nos enfrentamos a muchas situaciones que vivimos como amenazantes. Pero la mayoría no son un peligro en sí: depende de cómo las percibamos o interpretemos nosotros. Si percibimos todo lo que sucede como algo peligroso, perjudicamos a nuestro organismo porque le exigimos que ponga en marcha recursos que nos agotan, interpretamos todo como si fuera a hacernos daño. Esto nos lleva a estar de mal humor. Nuestros músculos se tensan y agarrotan, aparecen palpitaciones, temblores...
     Busca actividades que te relajen:
- Haz algún tipo de ejercicio físico. Mejorará tu autoestima, liberará tu mente de angustias innecesarias y te dará una actitud positiva ante la  vida.
- Un tiempo para ti para escuchar música, darte un baño, meditar...
- Contacto con la naturaleza. El sol y el aire oxigenarán tu cuerpo y también tu mente.
- Dedica tiempo a tus aficiones: coser, bailar, leer, pintar...




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