Para que los más pequeños de la casa aprendan que hay días buenos y días malos y que, como la marea, la vida sube y baja, ¡utilizar el servicio postal!
Cuando tú hijo esté triste, sugiere que se escriba una carta a sí mismo contando todos los sentimientos negativos. Si es demasiado pequeño y todavía no sabe o le cuesta escribir, escribe la carta por él mientras te la dicta. Otra posibilidad es que dibuje algo que represente sus sentimientos.
Pon la carta en un sobre con un sello y envíasela. Cuando llegue la carta al cabo de unos días dile que la abra y compruebe si el día de hoy es mejor que el día que la escribió. Seguro que se alegrará de recibir correo y además también aprenderá que los malos tiempos no duran siempre.
Variantes:
* Del mismo modo, cuando el niño tenga un buen día puede escribirse una carta y mandarla por correo.
* Ayuda a tu hijo a escribir una carta para algún familiar o amigo comunicando que tiene un buen día.
* Confeccionad un diario de cumpleaños: cada año tú y tu hijo escribiréis una carta dirigida a él mismo cuando tenga 21 años, de modo que cuando tenga esa edad pueda leerlas y saber como se sentía a los siete, a los ocho, a los nueve...
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